Todavía nos sentamos en las tardes de otoño a conversar de nosotros.
Y te regalo mis sueños, mis ilusiones con hilos de plata y mi fe.
Todavía me río de tus fantasías y me alegro cuando me miras
y bebo tus ansias, tu espíritu lleno de fuego y me estremezco.
Pero…te llamo y no respondes.
Aunque todavía vivas en mí
y llegue a mis ojos el deseo de tu boca.
Aunque me ignores y me hagas invisible .
Yo sé que aún recuerdas las tardes de otoño .
De nuestro otoño.
El tuyo.
El mío.
Y danzas en mis poemas
como las hojas de aquel otoño
Y te regalo mis sueños, mis ilusiones con hilos de plata y mi fe.
Todavía me río de tus fantasías y me alegro cuando me miras
y bebo tus ansias, tu espíritu lleno de fuego y me estremezco.
Pero…te llamo y no respondes.
Aunque todavía vivas en mí
y llegue a mis ojos el deseo de tu boca.
Aunque me ignores y me hagas invisible .
Yo sé que aún recuerdas las tardes de otoño .
De nuestro otoño.
El tuyo.
El mío.
Y danzas en mis poemas
como las hojas de aquel otoño
2 comentarios:
"Me encantaría descansar en los poemas de alguien más aun si se trata de hacerlo en una hermosa tarde de otoño... cuando solo se perciben las hojas quebrándose bajo el peso turbulento de las miradas..."
Este verso es de una singular belleza que contiene todo a su paso del tiempo. Precioso. Tenía mucho tiempo de pasar pero no te podía comentar hasta ahora, no sé por qué. Es un gusto volver a visitarte. Un enorme abrazo.
Publicar un comentario