¿Dónde se esconde el fragante atardecer de mis días?
¡No hay respuestas!
En la ausencia de las llamas, el frío acompaña mis andanzas.
Diminutas florecillas rojas se escapan de mi mirada
y en los días de este entierro, la lluvia moja mi velo.
Alguien, quizás, descubrirá mis versos
que se escribieron con sangre de mi alma.
Y me amará con fiero anhelo,
sintiendo que en mis besos comienza el vuelo.
Claramente este es mi sueño, oculto en mis tristes ojos
que se vuelven más acuosos cuando comprendo que no existes.
¡No hay respuestas!
En la ausencia de las llamas, el frío acompaña mis andanzas.
Diminutas florecillas rojas se escapan de mi mirada
y en los días de este entierro, la lluvia moja mi velo.
Alguien, quizás, descubrirá mis versos
que se escribieron con sangre de mi alma.
Y me amará con fiero anhelo,
sintiendo que en mis besos comienza el vuelo.
Claramente este es mi sueño, oculto en mis tristes ojos
que se vuelven más acuosos cuando comprendo que no existes.
3 comentarios:
Que bella nostalgia... que bien la plasmaste, la pintaste con la melancolía misma, bravo.
cariños....
me gustó mucho, se siente....
muakkkkkkkkkkkkkk
una realidad con la mirada triste, por qué tiene q existir la realidad? un gran abrazo
que pases buen día
Un poema con mucha nostalgia, deseos y tristeza. Siempre hay que soñar aún en la desesperanza. Un abrazo.
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