miércoles, 2 de septiembre de 2009

Realidad



¿Dónde se esconde el fragante atardecer de mis días?
¡No hay respuestas!
En la ausencia de las llamas, el frío acompaña mis andanzas.
Diminutas florecillas rojas se escapan de mi mirada
y en los días de este entierro, la lluvia moja mi velo.
Alguien, quizás, descubrirá mis versos
que se escribieron con sangre de mi alma.
Y me amará con fiero anhelo,
sintiendo que en mis besos comienza el vuelo.
Claramente este es mi sueño, oculto en mis tristes ojos
que se vuelven más acuosos cuando comprendo que no existes.

3 comentarios:

Cynthia dijo...

Que bella nostalgia... que bien la plasmaste, la pintaste con la melancolía misma, bravo.


cariños....
me gustó mucho, se siente....

muakkkkkkkkkkkkkk

Unknown dijo...

una realidad con la mirada triste, por qué tiene q existir la realidad? un gran abrazo
que pases buen día

Julia Hernández dijo...

Un poema con mucha nostalgia, deseos y tristeza. Siempre hay que soñar aún en la desesperanza. Un abrazo.