viernes, 21 de agosto de 2009

Contemplación



Como un suspiro que nace del alma
mis ojos se elevan desde el sucio potrero
para observar el cielo sedoso, plomizo de nubes,
emergiendo desde ellos, lágrimas de negro.

Entonces siento que me falta el aire
y añoro volar, perderme en la lejanía,
sinceramente ya nada me detiene,
pues el secreto que guardaba en mi adentros,
se desvanece hiriendo mis deseos.

Sigo estática en la postura eterna,
contemplando este cielo inmenso
como una estrella de miles de años
que espera su ineludible caída.

3 comentarios:

Unknown dijo...

que se quede en el cielo esa estrella que brillará cuando las nubes se corran..

besos desde el sur
buen fin de semana

Julia Hernández dijo...

Muy hermoso aunque lleno de nostalgia y tristeza, sólo espero que renazcan alegres deseos y vueles hacia ellos. Muy profundo y devastador este poema. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Niña deja de estar inmóvil y vuela hacia los sueños, nunca abandones la marcha, no te detengas que por débiles que sean tus pasos alcanzaras las metas.

Besos, que tengas una semana iluminada.