
Ojos rasgados,
me recuerdas a mis gatos.
Sí, tienes mirada de gato,
sonrisa de gato,
ronroneo de gato.
¿Maullarás en mi esperanza?
Quiero creer que tú también
te pones bajo la luna llena
a contarle de tus sueños venideros.
Y también quiero creer que
no arañarás mi alma herida.
Por eso te miro con ternura
y acaricio tus necesidades,
para que algún día amases mi corazón
como lo hacen mis viejos felinos.