Debo bautizarlo para mí
como único nombre que me haga
alzar la mirada y sentirlo
diferente a todos los demás.
¿Será un nombre de miel?
¿Tendrá sabor a té?
¿Se escuchará en do o en fa?
¿Olerá a mar?
¿Tendrá muchos colores?
¿Refrescará como la lluvia?
¿Vendrá acaso del sur?
Difícil misión la de darle un sello bautizmal
a tus sabios ojos de paz.
2 comentarios:
Hermosa misión, encontrar ese nombre que sea único. Hermoso como todo lo que escribes. Un fuerte abrazo.
el amor no tiene nombre, es un niño torpe, amnésico, viejo como la vida misma
sí tiene muchos sobrenombres: cariño,capricho,deseo,ilusión...
el verdadero,ni dios lo sabe
bendiciones,espiritu azul
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