domingo, 8 de agosto de 2010

Buscándole un nombre al amor


Debo bautizarlo para mí

como único nombre que me haga

alzar la mirada y sentirlo

diferente a todos los demás.


¿Será un nombre de miel?

¿Tendrá sabor a té?

¿Se escuchará en do o en fa?

¿Olerá a mar?

¿Tendrá muchos colores?

¿Refrescará como la lluvia?

¿Vendrá acaso del sur?


Difícil misión la de darle un sello bautizmal

a tus sabios ojos de paz.

2 comentarios:

Julia Hernández dijo...

Hermosa misión, encontrar ese nombre que sea único. Hermoso como todo lo que escribes. Un fuerte abrazo.

insania dijo...

el amor no tiene nombre, es un niño torpe, amnésico, viejo como la vida misma
sí tiene muchos sobrenombres: cariño,capricho,deseo,ilusión...
el verdadero,ni dios lo sabe
bendiciones,espiritu azul