sábado, 6 de noviembre de 2010

Desde el paraíso artificial 1



¿Cómo he de abandonar los paraísos artificiales?
Dímelo tú, que caminas libre de la fatiga de esta vida,
Radiante, sin espejismos y feliz.
A mí me aplasta este amor tan tristemente perdido
Y la amarga esperanza de sentir algún día su corazón.
Entonces, amigo mío, me interno es los paraísos para anestesiar mi sentir
Y así reír con ganas de mí, posiblemente para que no me dé por llorar.
Pero luego retorno del jolgorio, llena de cansancios, de más ganas de morir
Miro el reloj, cuento las horas y me doy cuenta que sigo en el mes de abril,
Donde nacen mis inventos, mis mentiras, todos mis cuentos…
Y de nuevo vuelvo a estos paraísos artificiales, donde tú siempre me acompañas,
Trepando los cerros, perdiéndonos en los recovecos de la oscuridad sin salidas.
Palpando el miserable barro de una tierra árida, sucia y llena de dolores.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Brazos en cruz



Ando de vagabunda por las húmedas calles de Santiago.
El cansancio no lo siento y en mi alma revolotea la paloma blanca.
Mi caminar es lento como el de un fantasma en medio de la niebla
Y Lihn me acompaña cubriéndome con su sabia manta.
Qué paradójico es encontrar tanta paz
en pleno centro de Santiago.
Mientras algunos corren a refugiarse de la lluvia,
otros la esperamos con los brazos en cruz.

sábado, 21 de agosto de 2010

Conversando Contigo



Son tantas cosas las que quisiera contarte
Tantos sueños por relatarte, como por ejemplo,
Que día a día me ahogo en estos cerros
Y que deseo tanto emigrar hacia el mar.
Decirte que las premoniciones se allegan más a mis ojos,
Tanto que he ganado y perdido vínculos.
O también contarte que últimamente he sido casi feliz,
Pero que sigo siendo amiga intima también de la tristeza.
Quisiera decirte que todavía me imagino que lo nuestro existe
Como algo indestructible, lejano del olvido y la traición…
¡Tantas cosas!
Como que Alberto ha encontrado su camino
O que Teresita está amando nuevamente,
Que me hablaron de un lugar maravilloso,
Donde vive gente que se desprendió de sus corazas
Y de sus más miserables miedos.
Sé que te gustaría saberlo y que incluso me dirás
Que quieres irte con ellos, y luego nos reiremos
Porque siempre queremos marcharnos hacia algún lado.
Te contaría que fui muchas veces al cine y que con muchas lloré
(para variar, me dirías tú)
Te confesaría que muchas de esas películas soñé verlas a tu lado,
Para comentarlas luego en largas caminatas por nuestros lugares secretos.
Te diría que el otro día me enamoré de una hermosa planta
Y que hasta le escribí un poema, te relataría su extraña forma
Y sus llamativos colores. Tú dirías que hasta una planta se puede
Transformar en la musa de un poeta…
¡Y así tantas cosas por contarte! ¡ tantas miradas por entregarte!
Y Tus manos, tus abrazos, tus labios…todo en paz, sin batallas,
Sin heridas…como antes…mucho antes…

domingo, 8 de agosto de 2010

Buscándole un nombre al amor


Debo bautizarlo para mí

como único nombre que me haga

alzar la mirada y sentirlo

diferente a todos los demás.


¿Será un nombre de miel?

¿Tendrá sabor a té?

¿Se escuchará en do o en fa?

¿Olerá a mar?

¿Tendrá muchos colores?

¿Refrescará como la lluvia?

¿Vendrá acaso del sur?


Difícil misión la de darle un sello bautizmal

a tus sabios ojos de paz.

domingo, 27 de junio de 2010

Palabras reprimidas



Todas las palabras que palpitan en mí se niegan a salir,
sofocando el grito cálido de mis frases de amor.
No es vacío, no es indiferencia ante este sol otoñal,
es sólo que no saben que camino han de tomar.
Pero están en mí, latiendo, quemando cada día más
y hoy envuelven mis días de luna lejana.
No pretendo despotricar insultos
ni acuchillar las oleadas de recuerdos,
sólo he de dejarlas en plena libertad,
sin encadenarlas a nada ni nadie.
Creo que esa es la manera para que decidan salir,
sintiéndose plenamente libres de volar.
Mientras tantos he de aprender a esperar
sin que me importe si el tiempo me viene a matar.

domingo, 23 de mayo de 2010

Qué callen a esos niños


Adoro la felicidad de los niños.
Esa alegría de vivir, la intensidad de darlo todo.
Esa valentía rígida, donde no se le da cabida al miedo.
Adoro sus juegos, la esperanza de sus días, la fe de sus anhelos.
¡Cómo lo sentí antaño!
Y los colores formaban rondas junto a nosotros
En aquellos días amaba el verano, el calor, la luz.
No como ahora que he hecho del invierno mi estación favorita.
Adoro la risa sincera de los niños, su liviandad, lo espontáneo,
La aceptación del otro, sin análisis ni juicios.
¡Cómo reía yo! ¡Cómo cantaba! ¡Cómo bailaba!
Junto a Anita, junto a Carlitos ¡Cómo reíamos!
…y como nos burlábamos de esos amargados que
Intentaban acallar nuestros juegos.
Cuantas promesas bajo el laurel para no ser como ellos.
Y el tiempo…
Maldito tiempo….
Implacable tiempo….
De pronto nos miramos en los espejos y descubrimos que ya no éramos niños.
Rostros tristes se amoldaron a nosotros y el invierno nos comenzó a gustar
¿Adónde se ha ido Anita? ¿Y Carlitos?
El verano apesta,
El sol quema demasiado,
El calor sofoca

¡ QUÉ CALLEN A ESOS NIÑOS!

sábado, 20 de marzo de 2010

Detenida en la estación



Siempre digo que tomaré el siguiente tren
y siempre los dejo pasar, con la fe,
la tonta fe de que algo me espera acá.
Y camino con unas gotas de ilusión a la cafetería
y sentada allí comienzo a escribir todo lo que brota
de esta esperanzada alma que se aferra a mí.
Uno, dos , tres…hasta diez poemas de una sola sentada.
Amor, beso, luz, llanto, luna, fuego y mucho, mucho más.
Hasta que descubro que nada cambiará y aferrada a mis hojas
me dirijo de nuevo a la estación a la espera del siguiente tren.

domingo, 7 de marzo de 2010

Tan lejos que ya no recuerdo


Tan cerca y hoy tan lejos
Casi, casi respirabas junto a mí
Latía mil veces, tus ojos, tu boca.
Tan cerca que ardía y hoy…
Tan lejos que ya no recuerdo
¿Acaso me miraba?
¿Acaso sonreía?
Tan cerca que te olía
Y llevaba ese aroma hasta mis sueños.
Tan lejos que hoy se me confunde
¿Era a mar? ¿Era a sal? ¿Era a viento?
Tan cerca que ya te quería
Tan lejos que ya no recuerdo…