¡Cuántas cicatrices se acumulan en mi pecho!
Duelen tanto que ya no siento sus ardores.
Soy de agua, pero no logro apagar el fuego.
Soy de agua y me ahogo en mis propias lágrimas.
Sólo quería alcanzar este sueño,
pero me convertí en la olvidada flor de invierno.
Soy de agua y no encuentro cauce alguno
y me ahogo, me ahogo, en las profundidades de la nada.
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