Un demonio invade mis sueños apartándome de ti.
Quiere reposar en mis ojos ansiosos de mirar este invierno.
Ha venido de muy lejos y desea ser nuestra barrera.
Añora que lo palpe, que lo desee,
que lo envuelva en este fuego
encendido por ti.
Yo lo ignoro, te juro que lo ignoro.
No pretendo serte infiel,
pero él ingeniosamente penetra en mis sueños,
susurrando lamentos milenarios de amantes atormentados.
La gélida noche se hace perfecta para esta danza.
Mi lucha comienza justo en la madrugada.
¡No he de beber su hiel aunque me obligue su ira!
Mi escudo es tu mirada que reposa en mis recuerdos.
Mi arma es tu voz dulce que susurra en el silencio.
Amor, hemos vencido.
Míralo alejarse derrotado.
Tras él van todos nuestros miedos.
Amanece.